LA AFROCOLOMBIANIDAD MÁS ALLÁ DEL FOLCLOR
LA AFROCOLOMBIANIDAD MÁS ALLÁ DEL FOLCLOR:
La Afrocolombianidad es el conjunto de valores culturales colectivos, materiales, espirituales y políticos, aportados por los ancestros africanos y afrocolombianos, que junto a los valores de las culturas indígenas, hispanas y europeas, han moldeado la humanidad, evolución de la identidad cultural, el carácter, la inteligencia y el sentimiento del Ser y la nacionalidad colombiana.
1. ¿Cuáles otras esclavitudes sufre Colombia hoy?
R/: El trabajo en servidumbre, El trabajo forzoso,La explotación sexual, La trata de personas,El trabajo infantil,El matrimonio infantil y forzado.
2. ¿Cuáles soluciones se podría proponer para salir de estas nuevas esclavitudes?
R/: El tráfico de personas y la esclavitud están entre los delitos que han aumentado con mayor rapidez en el mundo, afectando la vida de millones de hombres y mujeres. La esclavitud,toma distintas formas desde el trabajo infantil hasta el abuso sexual,se erradica solo con educaciòn, en todas las conferencias, congresos y reuniones mundiales se llega a la misma conclusión, como si fuese un gran descubrimiento. Con educaciòn cada ser humano se valora en su esencia, harà respetar sus derechos y se darà cuenta que es tan importante como el que lo pretende dominar o esclavizar.
3. Para terminar con esta celebración, se les propone que escriban un cuento que tenga como tema principal las esclavitudes pasadas y presentes que vive y sufre el mundo. Este cuento y su ilustración deben tener participación de todos las estudiantes, bien sea individualmente o por subgrupos.
R/: Había una vez en grecia, un sultán que era muy rico y poderoso. Él vivía en un enorme palacio, cuyos tejados eran de oro y las alfombras de Damasco. Tenía a su servicio a cientos de sirvientes que hacían de todo por él, desde bañarlo y vestirlo hasta hacerle la cama y limpiar sus aposentos. Por no mencionar los banquetes tan maravillosos que le preparaban todos los días.
Ciertamente, al sultán no le faltaba nada, pero curiosamente no era feliz. Lo único que le importaba era ser temido y respetado por sus súbditos, pues lo habían educado para ser un hombre implacable. Un día salió a desfilar por las calles, rodeado por todos su pueblo, sus guardias y sus soldados. Él andaba sobre un rico camastro de oro y sedas finas, en las espaldas de un elefante. Contemplaba con una arrogante sonrisa como todas las personas se arrodillaban a su paso, desde los niños hasta los más ancianos. Ninguno de ellos se atrevía a alzar la cabeza en presencia suya.
De pronto, la caravana pasó enfrente de un miserable callejón. Allí, un pobre mendigo trataba de buscar algo de comer mientras los demás lo alababan. Él no lo miró, ni se quiso arrodillar. Furioso por esta ofensa, el sultán ordenó parar con el desfile e hizo que sus guardias lo llevaran ante él. Aquel hombre estaba vestido de una manera tan harapienta y se encontraba tan sucio, que costaba creer que tuviera la arrogancia de mirarlo a los ojos. Sin embargo lo hacía y ahora el gobernante se sentía intrigado.
¿Se puede saber por qué no has hecho la reverencia al pasar yo delante de ti? —le preguntó— ¿Acaso no sabes quién soy?
—Usted es el sultán, la persona más poderosa y rica de todo Grecia —contestó el pordiosero.
—¿Entonces? ¿Por qué no te inclinas ante mí? Mira como los demás reconocen mi poder y agachan la cabeza cuando yo pasó ante ellos.
—Eso es porque ellos anhelan todo lo que usted tiene: las riquezas, la posición social, el lugar en donde vives… sin embargo, hace mucho tiempo que esas cosas dejaron de importar para mí. Entonces, ¿por qué habría de inclinarme ante ti, cuando yo soy dueño de dos esclavos que te gobiernan?
—¿Y qué esclavos son esos? ¡Si yo soy amo y señor de absolutamente todo lo que existe en estas tierras!
—Mis dos esclavos, poderoso sultán, son la codicia y la ira.
El sultán se dio cuenta de que aquel pobre mendigo tenía razón. A partir de entonces, abrió su corazón y usó sus riquezas para mejorar la vida de su pueblo y demás personas que lo rodeaban.Compartió sus riquezas con todo el pueblo y no volvió a cobrar impuestos, celebraba todo el pueblo al ver que podían ser libres y que su sultán ya no era como era antes.
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